El poder y la influencia de los negocios en la sociedad es más grande que nunca.
Ante el mayor poder que han adquirido las empresas y su impacto en la sociedad es esencial que personas idóneas ocupen los puestos adecuados. El Estado ya no es capaz de controlar todas las actividades que realizan las organizaciones, por lo que es importante que se maneje cuidadosamente y se analicen las repercusiones que puedan tener las decisiones corporativas.
Necesitamos comprender por qué siguen ocurriendo infracciones éticas en los negocios.
Se observan actos indebidos y que ocasionan perjuicios por no seguir pautas de ética porque se contrata a personas que no cumplen con requisitos de perfil sino por favoritismo y por dar un beneficio no ganado democráticamente, generando malestar en la sociedad.
Las malas prácticas de negocios tienen el potencial de infligir un enorme daño en las personas, comunidades y medio ambiente.
Las empresas tienen acceso a una mayor cantidad de recursos y se encuentran en una posición de mayor poder, por lo que tienen el deber de procurar y velar por los beneficios de la sociedad en su conjunto. Una persona que no tiene las facultades y ha sido contratada de manera indebida puede cometer actividades que no vayan de acuerdo a esos objetivos para el bienestar de la comunidad.
Pocos hombres de negocios han recibido entrenamiento en ética para los negocios.
La contratación indebida es una prueba eminente de este punto referente a la falta de conocimientos en ética para los negocios, lo cual es de interés por la trascendencia que tienen las actividades de las organizaciones, más allá de los costos que estos generan, como la violación a los derechos, la democracia y la transparencia. Las personas que son contratadas de esta forma ilícita no cuentan con estos conocimientos en ética, por lo que es altamente perjudicial para los intereses de la sociedad.
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